Según estimaciones recientes, se calcula que en torno al 50% de las oficinas de farmacia de Andalucía ofrecen ya algún tipo de servicio profesional sanitario complementario a la dispensación de medicamentos, ampliando así las posibilidades de estos espacios por consolidarse como entornos de salud que fomenten una mayor calidad de vida entre los pacientes y una mayor sostenibilidad del sistema sanitario.

Esta apuesta de la farmacia andaluza por ampliar su oferta de servicios sanitarios (teniendo siempre como pilar esencial la dispensación) se refleja en el lema ‘El farmacéutico, tu aliado en salud’ con el que toda la profesión celebra hoy, 25 de septiembre, el Día Mundial del Farmacéutico.

Los dos hitos sobre los que se sustenta actualmente la cartera de servicios de la farmacia andaluza son el programa SPD (Sistema Personalizado de Dosificación de Medicamentos) y el de monitorización ambulatoria de la presión arterial (MAPAfarma®), actualmente en proceso de acreditación.

En el caso del primer servicio citado, el SPD, (programa más extendido en la farmacia andaluza) es que ayuda al paciente a cumplir su tratamiento farmacológico, ya que posibilita que el profesional farmacéutico organice su medicación por días y tomas para un tiempo determinado mediante un envase especial donde introduce las dosificaciones de los distintos medicamentos para cada toma diaria.

Por su parte, MAPAfarma® está orientado a controlar de forma integral la presión arterial del paciente, de forma que no se circunscribe tan sólo el proceso de recogida y análisis de datos, sino al seguimiento posterior de la evolución del paciente. Este novedoso servicio en el conjunto de la farmacia española está especialmente indicado para casos de hipertensión arterial (HTA) en pacientes con riesgo cardiovascular global bajo, para pacientes con mal control de la presión arterial (PA) que ya cuentan con tratamiento farmacológico, cuando hay sospecha de HTA aislada en consulta médica (lo que se conoce como ‘efecto bata blanca’), de HTA enmascarada y de episodios de hipotensión, especialmente en ancianos y diabéticos, o en casos de presión arterial elevada en embarazo, entre otros.